Fotoprotección


Los rayos del sol son necesarios para la vida del hombre, favorecen la síntesis de vitamina D y gracias a ello la calcificación de los huesos, pero tomar el sol en exceso no sólo conlleva un mayor riesgo de sufrir quemaduras, sino que es causa de fotoenvejecimiento y cáncer de piel. De acuerdo con la OMS, el cáncer de piel es el tipo de cáncer más frecuente en el mundo y la incidencia de melanoma se está incrementando a mayor velocidad que cualquier otra neoplasia maligna, por eso, para disfrutar de los beneficios del sol, se debe ir siempre protegido.

La radiación ultravioleta se compone de radiación UVA (315- 400 nm), UVB (280-315 nm) y UVC (100-280 nm), en función de la longitud de onda. la capa de ozono bloquea la radiación UVC, por eso las principales radiaciones ultravioleta que llegan a la superficie de la Tierra son UVA y UVB.

Los rayos ultravioletas estimulan a los melanocitos para que produzcan melanina sustancia responsable de darle el color a la piel y evita en gran medida la aparición de quemaduras solares, pero no impide los daños que, a mediano y largo plazo, ejercen los rayos del sol sobre la piel, como las manchas solares y las lesiones premalignas y malignas.

Es importante saber que los efectos del sol son acumulativos y que aproximadamente 80% del daño solar se produce en las personas antes de cumplir los 18 años por lo que se ha calculado que el uso regular de protector solar durante los primeros 18 años de vida reduciría la incidencia de carcinomas de células escamosas en un 78% (el segundo tipo de cáncer de piel más frecuente)

Por esta razón es fundamental proteger nuestro cuerpo con lentes de sol, utilizar sombreros y ropa con FPS que cubran las zonas descubiertas del cuerpo y aplicar el fotoprotector cada 4 horas sin olvidar las orejas, la nuca, el cuello y las zonas que no cubre la ropa. Evitar exponerse a las horas de mayor radiación que es ente las 10 y las 16 horas.

Aunque tendemos a pensar que sólo se propaga radiación solar en los días despejados, también está presente en los días nublados. Cuando el cielo está despejado, la radiación es directa y predomina en las horas centrales del día. Sin embargo, cuando el sol está oculto por las nubes o cuando va anocheciendo, la radiación es difusa, pero no por ello deja de ser dañina. Por este motivo, hay que protegerse de los rayos del sol siempre, tanto en invierno como en verano y tanto en días nublados como despejados.

También es importante saber que, si un lunar o mancha aparece en la piel o cambia de color, de forma, de presentación, da picazón, sangrado o dolor, usted debe consultar con su dermatólogo.

Tomar conciencia de lo importante que es cambiar nuestros hábitos de exposición solar no solo es una medida de prevención frente al cáncer de piel, es también otro hábito de vida saludable en el que estaremos educando a nuestros hijos e hijas desde la infancia.

Hoy en día tenemos fotoprotectores excelentes que se reinventan cada día con el objeto de mejorar su calidad y son nuestro mejor aliado en la prevención.

 




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