La Psoriasis es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por piel roja, engrosada, escamosa y bien limitada.
Es una enfermedad de alta prevalencia, ya que se presenta en el 2% de la población a nivel mundial.
En la psoriasis intervienen muchos factores en su desarrollo, dentro de estos el autoinmune es el más reconocido y estudiado.
Existen factores ambientales que pueden desencadenar la enfermedad como: traumatismos, medicamentos o infecciones bacterianas en los individuos predispuestos.
Sus manifestaciones clínicas son muy variables, desde placas en codos, rodillas, piel cabelluda, uñas o puede afectarse toda la piel. Se presenta en hombres y mujeres, es más frecuente en edades de 16 a 60 años, pero puede presentarse a cualquier edad.
Una de las alteraciones más estudiadas, es que se producen con más velocidad las células de la piel, lo que conlleva a presentar esa piel gruesa pero deficiente. Además de presentar alteraciones de las células de la respuesta inmune.
El impacto sobre la calidad de vida es significativo dado su cronicidad, muchos pacientes tienen sensación de vergüenza ante las manifestaciones visibles de la enfermedad, y aunque está no es contagiosa, deja un impacto negativo en quien la padece y muchas veces son juzgados por su apariencia.
Más del 70% de los pacientes con psoriasis pueden tener estrés y ansiedad, y esto perjudica su día a día, generando sensación de temor, vergüenza e inseguridad.
Los gastos de la terapia a largo plazo tienen un impacto importante en la salud del paciente y los servicios de salud en general. Esta enfermedad tiene una relación directa con alteraciones en el metabolismo y es frecuente que los pacientes tengan Diabetes, síndrome metabólico, obesidad, HTA entre otras enfermedades crónico degenerativas, que, de no ser tratadas, es poco probable que la psoriasis mejore.
El objetivo de los nuevos tratamientos para la psoriasis, es brindar a los pacientes las nuevas y mejores opciones terapéuticas para que reciban el mejor tratamiento disponible en cada momento, que tengan un alivio de la enfermedad y que puedan recuperar la confianza en sí mismos.
A pesar de que la psoriasis no tiene cura, es posible mantener la piel sin lesiones, ya que los tratamientos nos ayudan a controlar la enfermedad, mantener a nuestros pacientes sanos y a brindarles la seguridad y confianza necesaria para mejorar su calidad de vida. Recuerda que la psoriasis define a una persona.
Acércate a tu dermatóloga, encontraremos el mejor tratamiento para ti.
